domingo

ALEGRIA

¿Por qué estás callad@?... ¿A quién estás esperando?, si es AMOR lo que deseas, dilo en voz alta. Apenas con una mirada… Y tú lo recibirás porque estoy aquí y ahora.

Si los problemas te invaden o te sientes mal, dime… si tienes un deseo, un pequeño deseo no estés preocupad@ porque apenas con una mirada, estoy aquí y ahora.

La alegría


Si realmente fueses un niño


"Si realmente fueses un niño, un auténtico niño, en lugar de preocuparte por lo que no puedes hacer, contemplarías la Creación en silencio. Te acostumbrarías a mirar con calma el mundo, la naturaleza, la historia, el cielo.

Si realmente fueses un niño, en este momento estarías cantando aleluya a las cosas que tienes delante. Entonces, libre de las tensiones, de los miedos, y de las preguntas inútiles, aprovecharías este tiempo para esperar, curioso y paciente, el resultado de las cosas en las que tanto amor pusiste" 

 (Carlos Caretto, ermitaño) 

En una ermita de los Pirineos, texto grabado en la pared.


TIEMPO DE CAMBIOS

Comienza el otoño. En la antigua cultura Celta se trata de un momento de equilibrio: las fuerzas de la oscuridad y la luz se encuentran en igualdad. La naturaleza decae, disminuye su generosidad, preparándose para el invierno y su tiempo de descanso.

Los árboles se despojan de sus hojas y nos invitan a soltar lo viejo. Debemos de recordar que para renacer hay que morir.

En esta estación, hay que estar llenos de gozo, ver lo que nos ha traído la vida, lo que hemos cosechado en este camino de aprendizaje, dejar malos hábitos o situaciones atrás, y el buscar en nuestro interior aquello que queramos cambiar o mejorar.

Medita sobre lo que ya no quieres en tu vida, y sobre la forma en que logres dejarlo ir.

Es el momento de prepararse para reflexionar sobre el ciclo de la vida (nacimiento, crecimiento, madurez y muerte), de recordar y aceptar que todas las cosas tienen un final, pero con la conclusión de que cada final comporta así mismo un nuevo comienzo (visión cíclica de la Vida).




CONVIVIMOS

Durante nuestra vida convivimos, muchas veces con sensaciones, sin quererlas o desearlas, pero también con otras que no valoramos en la medida que se merecen.
Convivimos con: la angustia, el dolor, la duda, la soledad, la ansiedad, la mentira, el temor, el rechazo, el desprecio, la venganza la propia y la ajena, con el silencio, con el mal, con el rencor, con la rutina, con los desencantos, con los prejuicios, con la falta de humildad, con la ausencia de valores y principios, con la critica nuestra y la de ellos, con la ingratitud, con soberbia de los inútiles que no pueden amar, con la incomprensión, con la inseguridad, con la falta de ilusión, con el conformismo, con el odio, con el olvido, con la pérdida, con la falta de libertad, con el pasado sin resolver, con la indiferencia, con los malos pensamientos, sin el perdón, con la envidia del otr@ y la de un@, con la falta de Fe, sin un rumbo a seguir, con la impaciencia, con el mal humor de un@ y el de los demás, con la impotencia de no poder, con el aburrimiento, con la palabra de más...

Pero, siempre hay un pero, también convivimos, con el humor, con la alegría, con la risa de un@ y la de l@s demás, con los colores que nos traen paz y armonía, con el sol que nos da energía, con la lluvia que no nos molesta, de las caminatas por la tarde, con las sorpresas agradables, con las primeras brisas de primavera y con cada una de las estaciones del año que nos enseñan entre otras cosas, no todo es frío o calor, con la posibilidad de conocer la felicidad, de dar amor y de ser correspondid@, con la búsqueda de la verdad, con la imaginación, con el bien, con un futuro mejor construido por un@, con el cariño, con el amor, con los afectos, con los abrazos, con las caricias, con la amistad, con charlas placenteras con amig@s, con la lealtad, con proyectos posibles e imposibles, con las distintas manifestaciones del arte, con la lectura, la música que nos transporta a lugares que un@ solo conoce, con fragancias y perfumes que nos dan lugar al placer, con los recuerdos nostálgicos, y con el, y con ella... Un@, siempre un@, será quién finalmente decida con qué quiere convivir...

Hay que despertar

Míralos que guapos y que tiernos,
No saben que han estado ciegos,
Míralos que monos dormiditos,
No entienden lo que se han perdido,
Son, carne de cañón,
Perezosos a granel,
Dejándose llevar,
Mentes sin usar ni agitar,
Van siempre por detrás,
Siempre en el redil,
Almas de cordero lechal…

Hay gente más despierta,
Hay mentes más abiertas,
Hay ganas de empezar,
Hay siempre una primera vez,
Hay hambre de vivir,
Y metas que alcanzar,
Hay gente más despierta,
Hay siempre una primera vez,
Hay cambios en la puerta ,
Hay todo un mundo fuera,
Es hora de salir,
Hay siempre una primera vez…


Un día de lluvia


Esto lo escribí un día de lluvia, espero que te guste:

Tengo la suerte de poder contemplar desde mi ventana los campos con el color verde de las hojas de las chufas que ya empiezan a crecer y los marrones que esperan ser abonados y cultivados. Hoy ha llovido, ha venido una negra nube queriendo refrescar el día que hoy ha sido caluroso. Por una parte podría maldecir que ayer limpié los cristales de mis ventanas que no son pocos (4 cristales por cada hoja de la ventana), pero no; me encanta observar la lluvia, además he abierto el balcón para acercar las plantas hacia ella y observar como llueve, me encanta el olor que deja, el frescor que se nota en un día caluroso y ese ruido que solo lo sabe hacer ella, la lluvia.

Me atrae y observo como los charcos que se van creando crean esas burbujas como significando que aun durará. Que momento más relajante.

Después cuando el sol se despedía era curioso el contraste de colores. Al fondo observo el color gris mezclado con lo anaranjado del sol queriendo descubrirse con sus últimos rayos entre las nubes de dos tonos de gris claro y oscuro y abajo el verde y marrón de los campos. Que cruce de colores más hermoso.

Cuando he bajado a pasear con mi perro (seguro que Dino desde donde esté recuerda esos momentos) he podido notar ese olor característico de la tierra mojada y los cantos de los pájaros que se habían escondido mientras llovía.

Los amaneceres son bellos, sí, pero las puestas de sol parece que dicen más. Son momentos en los que me gusta reflexionar y pensar mucho. Son momentos que me dicen cosas de mí mismo. La vida es como un amanecer Lo que al inicio es precioso, al final llega a ser plenamente hermoso. La vida es un instante que pasa y no vuelve. Comienza con un fresco amanecer, y como un atardecer sereno se nos va, y de nosotros puede depender que el sol de nuestra vida, cuando se despida del cielo llamado “historia”, colorear con hermosos colores su despedida. Colores que sean los recuerdos bonitos que he hemos tenido en ese día.

Cuando va cerrando sus párpados el día, empiezan a asomar sus ojitos luminosos las estrellas.  Esa es otra historia…. La noche


Me encanta... Adoro... No entiendo...

Me encanta mojarme bajo la lluvia, mirar hacia el Cielo con lágrimas de emoción, extender mis brazos con la palma de mis manos hacia arriba y sentir cada gota sobre mi rostro…

Adoro improvisar de un día para otro, vivir sin más, dejarme llevar y sentir con el corazón, de forma que mis ojos permanezcan siempre brillantes…

No  entiendo por qué hay personas que se empeñan en vivir atascados en su pasado o en  un futuro incierto, cuando lo que realmente existe y merece la pena exprimir es el PRESENTE.

Me encanta tener arruguitas alrededor de mis ojos, porque significa que, cada día,  sonrío abiertamente a la vida.

Adoro la alegría, la felicidad, adoro el corazón... Adoro que me digan: eres INTENSO.

No entiendo por qué hay personas que reprimen sus sentimientos y que no escuchan a su corazón, por qué much@s se van de esta vida diciendo: “lo que pude hacer y no hice”, o, lo que es peor, “lo que sentí y no deje fluir”.

Me encanta sentirme libre en un mundo repleto de cadenas, tabúes y prejuicios por todas partes.

Adoro sentirme yo mismo, diferente, chispeante, ilusionado, embriagado… Adoro la sensación de resaca de FELICIDAD.

No entiendo por qué algun@s no son capaces de percibir la belleza del día a día, por qué la ceguera preside sus mundos, por qué no, simplemente, deciden quitarse la venda de sus ojos que les impide percibir y sentir EL AMOR.

Me encanta sentirme un místico de los que ya no quedan…, confiar en es@ Alguien que sé que, tarde o temprano, hará que las piezas del puzzle de mi vida encajen a la perfección y de forma casi matemática, aunque ahora no entienda bien el por qué.

Adoro mirar a los ojos de alguien y saber exactamente lo que está pensando, lo que está sintiendo... Adoro jugar, intuir, conectar y entender.

No entiendo por qué algun@s desconocen el lenguaje de una caricia o de una mirada, cuando, muchas veces, no hace falta hablar o decir “te amo” para percibir la sublimidad de un pequeño gesto. A veces sobran las palabras.



El silencio

El silencio es una reducción de ese ruido interior que ocupa no sólo los oídos sino también nuestra atención.

El silencio no es la ausencia de sonido, eso sería imaginárselo negativamente.

El silencio nos permite escuchar muchos sonidos que de otra manera no escucharíamos: el sonido de los pájaros, del agua, del viento, de los árboles, de las ranas, de los grillos, del acompasado ritmo de la respiración, los latidos del corazón, la música, así como también de la conciencia, los sueños despiertos y las intuiciones.

Un@ cultiva el silencio no obligando a los oídos a no oír, sino elevando el volumen de la música del mundo y del alma.

El amor, la gran verdad que trasciende la naturaleza, no se comunica de un ser a otro por medio de la palabra, la verdad prefiere el silencio para llevar su significado a las almas amantes.

Es en el silencio de la noche cuando se produce la mejor comunicación entre los amantes porque es portador del mensaje del amor y recita la poesía de los corazones.

El lenguaje hablado no es el único medio de comprensión entre dos almas. No son las palabras que salen de los labios las que unen los corazones, hay algo más alto y más puro.

El silencio ilumina las almas, susurra en los corazones y los une, el silencio nos hace viajar como en un velero por el mar del espíritu y nos acerca al cielo.

Hemos olvidado ese lenguaje y debe ser aprendido de nuevo. Ese lenguaje es el del amor. El lenguaje del amor es silencioso, se expresa en silencio. Cuando dos amantes están en verdadera y profunda armonía, cuando sus vibraciones están sincronizadas entre sí, cuando ambos vibran en la misma longitud de onda, entonces hay silencio.

Entonces a los amantes no les apetece hablar porque el silencio es el lenguaje de las almas amantes. Cuando estás profundamente enamorad@, puede que tomes de la mano a tu pareja, pero estarás en silencio, en completo silencio.

En ese lago sin olas de tu conciencia, algo se transforma y se pasa el mensaje. Es un mensaje sin palabras. Un@ tiene que aprender el lenguaje del amor, el lenguaje del silencio, el lenguaje de la presencia de cada un@, el lenguaje del corazón, el lenguaje de los cuerpos, y en ese lenguaje sobran las palabras.

Nosotr@s, con todo nuestro entendimiento, no somos capaces de saber lo que canta el pájaro, ni lo que murmura el arroyuelo, ni lo que susurran las olas cuando lamen la playa suave y delicadamente.

Nosotr@s no somos capaces de saber con todo nuestro entendimiento qué es lo que dice la lluvia al caer sobre las hojas de los árboles, o cuando sus gotas golpean los cristales de las ventanas. No podemos saber lo que la brisa le está diciendo a las flores de los campos.

La ausencia de silencio, el ruido mental, físico y espiritual de nosotr@s y de nuestro entorno no nos permite apreciar tantas cosas que sólo notamos cuando estamos seren@s, en paz y en silencio, porque, después de todo, ¿para qué sirve la vida si no podemos escuchar el canto del pájaro amigo, las conversaciones nocturnas de las ranas al borde del estanque y las discusiones nocturnas de los grillos después de la lluvia?.

Pero nuestro corazón puede sentir y captar el significado de estos sonidos que hacen vibrar los sentidos. La Sabiduría Eterna habla en un lenguaje misterioso, alma y naturaleza conversan juntas. Sin embargo, ¿no has llorado al escuchar los sonidos?, y ¿no son tus lágrimas un entendimiento elocuente? 

Es el comienzo...

Muchas veces nos perdemos la vida, el riesgo, el experimentar lo maravilloso de sentirse realmente viv@.
Incluso al amor también lo encarcelamos, lo volvemos esclavitud, lo encerramos entre el “deberías”,  “eres mí@”... .
Y dejamos de experimentar el amor por dejarnos llevar por eso:

Deberías:
-  Estar todo el tiempo conmigo
-  Pensar como yo
-  Ser mi centro y yo tu centro
-  Darme un abrazo
-  Amarme
-  Ser mejor
-  Dejar de ser egoísta
Deberías, deberías, deberías, Bla, Bla, Bla. Y algo tan espontáneo y hermoso como darse, amar y sentirte plen@ se convierte en un deber. El abrazo se da por deber, amas por deber (eso no es amor), estás con alguien por deber. ¡Qué terrible!

Eres Mí@:
-   No mires alrededor.
-   No hables con nadie.
-   No tengas tus propios sueños, sino el de ambos.
-   Ya nos casamos, tienes que estar siempre conmigo.
Nadie es de nadie, y mientras más tratas poseer a quien amas, más se aparta su alma de ti, solo tendrás su cuerpo.

Puedes herirme:
-  Te amo pero no te entrego mi corazón.
-  Te amo pero mis miedos no te los cuento, puedes usarlos en mi contra.
-  Te amo, pero sé que me engañas, tod@s lo hacen.

Y estamos muriendo lentamente. No nos permitimos vivir y experimentar el amor en toda su capacidad. Ser vulnerable, amar completamente, confiar y entregar el alma. Llorar juntos, mostrar tu dolor, miedos, tus sueños. ¿Y qué importa si luego te hirieron? Por lo menos te permitiste soñar y vivir al borde del amor, eso es mejor que nunca amar, sentir y arriesgar.
¿Sabes?, hemos sido borregos, y tal vez cueste mucho dejar todo lo que nos han enseñado por tantos años y entrar en nuestro corazón y darnos cuenta de quiénes somos y qué queremos, pero por lo menos ya estamos despiertos. Eso es el comienzo. 

Mi Camino de Santiago


Cada un@ vivimos el Camino de una forma u otra. Pero no deja de ser un Camino más en nuestra VIDA en el que aprendemos algo cada día que lo vivimos intensamente... Te dejo un adelanto... Pronto sabrás como he vivido mi propio Camino de Santiago...

 No te rindas, aún estás a tiempo de abrazar la vida y comenzar de nuevo, aceptar tu sombra, liberar el lastre y retomar el vuelo. Mario Benedetti




LUNA LLENA


Hoy hay LUNA LLENA, es la culminación, éxito de todo lo que empezó en la luna creciente. Ahora está todo en su plenitud. Es el momento de sacar a la luz todo lo que llevamos dentro, de confesar nuestros sentimientos. Es buena etapa para dejar atrás lo ya concluido. Nos ayuda a decidir cuando algo se ha terminado definitivamente.

PAZ interior


Algunos de los principales indicios son:

* Una tendencia a pensar y a actuar espontáneamente, en lugar de hacerlo basado en los miedos aprendidos de experiencias pasadas.

* Una habilidad de gozar cada momento.

* Una pérdida de interés en juzgar a otros o en interpretar como mal intencionadas, sus acciones.

* Una marcada pérdida de interés en mantener o alimentar un conflicto.

* Una notable disminución de la habilidad de preocuparse por lo que no se puede cambiar.

* Episodios frecuentes e intensos de aprecio.

* Repentinos ataques de placer por sentirse conectado con otros y con la naturaleza.

* Accesos incontrolables de sonrisa.

* Una tendencia creciente a dejar que las cosas sucedan en lugar de hacerlas suceder o tratar de impedirlo.

* Una aumentada susceptibilidad al amor ofrecido por los demás, con un deseo incontrolable de extenderlo a otros.


ESTE ES UN NUEVO DÍA

No importa cuantas veces has caído. Lo valioso es que de cada una de estas has sabido levantarte y has podido nuevamente enfrentarte a la vida siendo tus sueños e iniciativas, desafiando en cada paso los obstáculos que llegan siendo capas. Te superas las malas rachas sin problema, piensas que todo en la vida tiene sentido, te notas distint@ sin saber lo que haces y renaces con creces y vuelves a tomar el control 
 

A veces es mejor...

A veces es mejor rodearse sólo de gente que te ame. Ellos te hacen levantar los ánimos incondicionalmente, sin más precio que tu presencia, sin pedir nada a cambio, con solo su comprensión, su cercanía, sus miradas o su amistad.

A veces es mejor rodearse sólo de gente que te ame. Con ellos el ego recupera poco a poco la posición perdida, el estrecho campo de visión vuelve a aumentar, la debilidad cambia a fortaleza, la tristeza va tornando a alegría. Valores que no tienen precio y que ellos dan con sus manos, justamente cuando más lo necesitas. Saben escuchar o simplemente te silencian acompañándote a mirar hacia otro lado, abriéndote otras posibilidades, otros círculos, nuevas oportunidades. La amistad cobra entonces un sentido especial, toma un valor añadido, ese algo “más” que nunca sabremos recompensar.

A veces es mejor rodearse sólo de gente que te ame para volver a coger la vida por delante, hacer lo propio con uno mismo y ahora más valientes y decididos, conocedores de la fortuna que poseemos sintiendo ese gran respaldo que nos acompaña en el camino y que no es otro que su propia compañía…