miércoles

CAUSALIDAD

Escuchamos todo el tiempo hablar de las casualidades, pero... ¿existe la casualidad?

Realmente no, nada sucede porque sí... la verdad es que la casualidad no existe.

Todo es "causal", nada es "casual".

Todo lo que llega a nuestras vidas, cada situación por la que pasamos, es por algún motivo. 

Las "cuatro leyes de la espiritualidad" que hablan justamente sobre esto.

La primera dice "La persona que llega es la persona correcta", es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.

La segunda ley dice "lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido". Absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: "si hubiera hecho tal cosa...hubiera sucedido tal otra...". No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.

La tercera dice: "En cualquier momento que comience es el momento correcto". Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará.


Y la cuarta y última: "Cuando algo termina, termina". Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.




La belleza de lo simple...







* Que yo me permita mirar, escuchar, y soñar más. Hablar menos. Llorar menos.


* Ver en los ojos de quienes me miran, la admiración que me tienen... y no la envidia que prepotentemente yo pienso que sienten.


*Escuchar con mis oídos atentos y mi boca estática, las palabras que se hacen gestos, y los gestos que se hacen palabras.


*Permitir siempre escuchar aquello que yo no tengo permitido escuchar.


*Saber realizar los sueños que nacen en mí y por mí, y que conmigo mueren, por no saber yo que son sueños.


*Entonces, que yo pueda vivir los sueños posibles y los imposibles; aquellos que mueren y resucitan a cada nuevo fruto, a cada nueva flor, a cada nuevo calor, a cada nuevo rocío, a cada nuevo día.


*Que pueda yo soñar el aire, soñar el mar, Soñar el Amar.


*Que me permita yo el silencio de las formas, de los movimientos, de lo imposible, de la inmensidad de toda profundidad.


*Que pueda yo substituir mis palabras por el toque, Por el sentir, Por el comprender, Por el secreto de las cosas más raras,


*Por la oración mental, -aquella que el alma crea y que sólo ella escucha y sólo ella responde-


*Que sepa yo dimensionar el calor, experimentar la forma, vislumbrar las curvas, diseñar las rectas, y aprender el sabor de la exuberancia que se muestra en las pequeñas manifestaciones de la vida.


*Que sepa yo reproducir en el alma, la imagen que entra por mis ojos haciéndome parte suprema de la naturaleza, creándome y recreándome a cada instante.


*Que yo pueda llorar menos de tristeza y más de alegrías.


*Que mi llanto no sea en vano, Que en vano no sean mis dudas.


*Que sepa yo perder mis caminos, pero que sepa recuperar mis destinos con dignidad.


*Que no tenga yo miedo de nada, principalmente de mí mismo: ... ¡Que no tenga yo miedo de mis miedos!


*Que me quede dormido cada vez que vaya a derramar lágrimas inútiles, y que despierte con el corazón lleno de esperanzas.


*Que haga yo de mí, un hombre sereno dentro de mi propia turbulencia.


*Sabio dentro de mis límites pequeños e inexactos.


*Humilde delante de mis grandezas gafas e ingenuas; que yo me dé cuenta cuán pequeñas son mis grandezas, y cuán valiosa es mi pequeñez.


*Que me yo permita ser madre, ser padre, y, si fuere necesario, ser huérfano.


*Permítame yo enseñar lo poco que sé y aprender lo mucho que no sé.


*Traducir lo que los maestros enseñaron y comprender la alegría con que los simples traducen sus experiencias;


*Respetar incondicionalmente el ser; el Ser por sí solo, por más nada que pueda tener más allá de su esencia.


 *Auxiliar la soledad de quien llegó, rendirme al motivo de quien partió, y aceptar la alegría de quien quedó.


 *Que pueda yo amar y ser amado. Que pueda yo amar, aún sin ser amado.


 *Hacer gentilezas cuando recibo cariños; hacer cariños aunque no reciba gentilezas.


*Que yo jamás quede solo, aún cuando yo me quiera solo.

“Oración a mí mismo” * Oswaldo Antônio Begiato / vídeo: “Ashes & Snow”  *Gregory Colbert